Hotel Rural en Burgos, Molino de la Vega

Este molino de agua, cuya existencia está documentada en el siglo XV y probablemente es muy anterior, totalmente rehabilitado en estilo castellano, esta situado al lado del rio de los Ausines. Rodeado de un jardín de frutales; avellanos, manzanos, perales, nogales… y tierras de labor. “Es un remanso de paz y tranquilidad donde disfrutar de exquisita cocina casera elaborada con los mejores productos de temporada.”

Características del Hotel Rural

El Molino de la Vega al estar situado a tan solo 10 Km. de Burgos capital, es ideal para visitar los monumentos de esta ciudad tales como: su famosa Catedral gótica, la Cartuja de Miraflores, El Castillo, Los monasterios de las Huelgas, San Pedro de Cardeña, Silos y museos como el de la Evolución Humana, CAB (contemporáneo de Burgos), los yacimientos de Atapuerca,declarados patrimonio de la Humanidad,y Lerma.

El pueblo más cercano es la Villa de Arcos de la Llana, a un kilometro del molino, un rincón de Castilla la Vieja con raices milenarias e interesantes y bellos monumentos: los Arcos de Arriba y Abajo, la Iglesia con su torre mudejar, la fortaleza renacentista llamada el Torreón de los Gallos y la Ermita de Santa Bárbara.

El nombre de Arcos esta estrechamente vinculado a la figura de una Reina desgraciada Doña Juana y a la del Rey Fernando, el Católico.

Historia, Arte, paisaje, costumbrismo, folklore, artesania y actividades son los nuevos blasones de un pueblo lleno de escudos y emblemas nobiliarios.

Los materiales nobles de la zona; la piedra, la madera y las tejas de barro dan a la casa un sabor tradicional con todas las comodidades de una edificación moderna.
La construcción principal tiene dos plantas, en la de abajo está el comedor, el gran salón con dos zonas de estar cada una con su chimenea, la biblioteca y la sala de billar además de tres habitaciones; una adaptada para personas de movilidad reducida y otra con salida independiente al jardín. En la planta de arriba están las demás habitaciones, todas abuhardilladas, y un salón de juegos.
El hotel esta amueblado con un toque rural y a la vez actual, decorado con antigüedades y aperos de labranza.
Por debajo de la sala de billar, donde estaba la maquinaria del molino, pasa un canal de agua con cuya fuerza se molía el grano. Los huéspedes pueden relajarse en un jardín muy campero con frutales y especies autóctonas. El poder disfrutar del silencio, solo roto por el suave piar de los pájaros, o ver el cielo estrellado es un privilegio a tan solo diez minutos de la ciudad.